Levantamos a Jesús, aún en Semana Santa

Emmanuel Contreras

Evangelismo es levantar a Jesús en tu diario vivir, a fin de que quienes te rodean, lo contemplen en ti, sean atraídos a Él y sean libertados de la esclavitud del pecado (Juan 12:32).  ¿Evangelismo? Si, has leído bien, estamos en evangelismo. 

No es secreto muchos perecen sin Jesús, sin esperanza, y es de nuestro conocimiento que cuando levantamos a Jesús, el Cordero de Dios, en nuestros ministerios, hemos sido testigos de su poder restaurador y salvador en vidas. Sin embargo, aunque la humanidad enfrenta el problema del pecado, también posee la solución mediante el poder del evangelio que Cristo nos ha dado (Ro 1:16). El evangelio, es la noticia de una vida nueva y eterna en Jesucristo, es la medicina que el mundo necesita, y nosotros somos los agentes farmacéuticos para hacerla llegar a esas vidas que perecen. 

Es esta época, conocida como la pascua (semana santa), muchos habitantes del mundo aceptan que Jesús fue crucificado y resucitado. Y debemos de levantar a Jesús, pues mucha gente está receptiva por la soledad que atraviesan, alguna enfermedad en la familia, la muerte de un ser querido, la petición de divorcio de un conyugue, o quizás, el envió a prisión de un hijo entre otras razones. Nuestra comunidad, está muriendo lentamente en nuestros ojos, y quizás sin una esperanza más allá que la que el mundo les ofrece. 

 Jesús declaró que así, “como levantó Moisés la serpiente en el desierto, así también tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo aquel que en Él crea tenga vida eterna.” (Juan 3:14-15 NVI). Cristo se refería al episodio registrado en Números 21:4-9, donde los israelitas estaban receptivos, pues estaban sufriendo las consecuencias del pecado, y eran testigos de esta, es decir, la muerte. En ese momento la única manera de detener esa temporada mortal era, levantando la serpiente y contemplando la misma. Al contemplar obedecían a Dios, mediante las instrucciones dadas a Moisés y su obediencia les traía de vuelta a Dios.  

¿Evangelismo? Sí, has leído bien una vez más. ¿Cómo puedo levantar a Jesús una vez más en esta época en la que el mundo reflexiona? ¿Cómo puedo levantarlo de una manera que marque una diferencia, tanto en los evangelistas como en las almas?  El mandato a levantar a Jesús no se circunscribe a un método, a un lugar en específico, ni a un público determinado. Por lo tanto, así como la serpiente fue levantada la vista de todas las clases sociales, y todo tipo de empleados, de igual manera vamos a levantar a Jesús, su amor, su bondad, su amistad, su misericordia, y su pronto regreso en diferentes maneras en la comunidad. 

Levantemos a Jesús, mediante una comida especial patrocinada por la iglesia local, para todos los miembros de la comunidad que deseen celebrar la resurrección de Jesús. Todos estamos de acuerdo que Jesús murió, pero que también resucito (Lucas 23-24). 

Levantemos a Jesús y su amor por los demás, al limpiar los jardines de las casas de nuestros vecinos. En esta época de reflexión invita a tus amigos a tu hogar, invítalo a las reuniones de tu grupo pequeño, llévalo a las reuniones de la iglesia en el edificio, y como congregación en su comunidad, levanten a Jesús en esta época de reflexión. Moisés no tenia poder en sí mismo, pero fue el instrumento que Dios uso para levantar la imagen. Hoy en día, el mundo necesita saber que Jesús tiene sus instrumentos que pueden levantarlo, allí en tu comunidad, levanta a Jesús. Me imagino a Jesús limpiando el jardín con sus discípulos y luego si tiene la oportunidad entra y ora por esa familia, por los enfermos y los sanos, por los matrimonios y por los solteros. Nosotros somos el Moisés de esta época en este desierto sin esperanza. 

Jesús necesita hoy ser levantado con nuestro estilo de vida, pues somos las manos, los pues, los ojos, la mente de Jesús. Amemos a nuestra comunidad y bajo la dirección plena del Espíritu Santo llevemos a las personas que nos rodean a observar a Jesús. ¿Evangelismo? Si, llego la hora de actuar. ¡Levantémoslo! 

Emmanuel Contreras es Pastor de las Iglesias Spanish Intervale y La Gran Esperanza de la Greater New York Conference. 

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