5 Preguntas Sencillas que Cada Líder Debería Hacerse En Cuanto al del Futuro
Saber lo que se debe hacer como líder en tiempos normales, es difícil.
Como habrás notado, estos no son tiempos normales. Tratar de averiguar qué hacer en medio de una crisis global es muchísimo más complicado. Entonces, ¿cómo se suprime el desorden y el ruido que nos desenfoca para trazar un rumbo que nos lleve a un futuro mejor? Ese es un lugar sencillo donde se puede comenzar: comienza haciendo las preguntas correctas. Después de todo, la calidad de las respuestas que adquieres como líder, está determinada por la calidad de las preguntas que haces. Si haces mejores preguntas, obtendrás respuestas mucho mejores, y como resultado, un futuro mucho mejor.
El desafío es que puede ser difícil saber qué preguntas son las mejores para hacer. Además, hoy día hay más voces agitadas y enojadas que nunca tratando de decirte qué hacer. Entonces, para ayudar a cortar el ruido, aquí hay cinco preguntas sobre el futuro que, en mi opinión, son las más útiles para hacer en este momento.
Son preguntas que me estoy haciendo, y creo que, dentro de dos años, resultarán ser preguntas que los líderes que están progresando, se hicieron en esta temporada.
1. ¿Cuánto del Cambio Actual es Permanente?
Las personas que están en medio de una revolución, a menudo no se dan cuenta que están en medio de una revolución. No es como si la gente se despertara el 1 de noviembre de 1517, el día después de que Martín Lutero clavara su 95 tesis en la puerta de una catedral, y dijeran: "Oye, es el día 2 de la reforma". Nadie sabía que había comenzado una reforma. No se dieron cuenta de que se estaba produciendo un cambio sísmico que cambiaría el curso no solo de la iglesia, sino de la historia humana.
Cuando los carruajes y caballos comenzaron a ser reemplazados por automóviles, o la radio pasó del curioso invento de Marconi al lanzamiento de KDKA en Pittsburgh en 1920 (la primera estación de radio de Estados Unidos), nadie se dio cuenta de que se trataba de la cúspide de un cambio cultural masivo y permanente. Los primeros automóviles y los primeros radios parecían anomalías, hasta que, por supuesto, ya no lo eran.
La crisis es un acelerador, y muchas de las tendencias "temporales" que estamos viendo en este momento son probablemente más permanentes de lo que creemos.
La interrupción de COVID, que comenzó como una interrupción médica, ahora también está acelerando la interrupción cultural. El trabajo, la escuela, las compras, el entretenimiento y la aptitud física (todo lo cual se ha vuelto más hogareño o se ha transformado de otras formas) nunca volverá a ser lo mismo.
Tampoco lo será la iglesia.
Si a ti y a mí nos gusta el cambio o no, es irrelevante. La cultura nunca pide permiso para cambiar. Simplemente cambia. Los líderes que ven el futuro tienen más posibilidades de aprovecharlo.
2. ¿Qué Tengo Permiso Ahora Para Dejar de Hacer?
Esta es una pregunta divertida para la mayoría de los líderes. ¿Recuerdas todas esas cosas antes de la interrupción que deseabas no estar haciendo pero que no tenías el valor o la energía para dejar de hacer? Sí, ahora es el momento. Si aún no has vuelto a la "normalidad", este es el momento de redefinir lo que es normal.
Descubrí que cambiar una cosa importante (como mudarse a un nuevo edificio) puede darte permiso para cambiar muchas cosas más. Es como pasar de una época a otra. La gente espera que haya cambios, separaciones y cosas nuevas. A menudo, cuando pasamos por un gran cambio, cambiaremos mucho.
Sugerencia: Nunca ha habido una interrupción más grande en nuestra vida. Ya dejaste de hacer tantas cosas. Solo trae de vuelta esas cosas que son fundamentales para la misión a medida que avanzas hacia el futuro.
Recuerda en enfocarte en el por qué del cambio, no solo en el qué y cómo.
3. ¿Qué Harías si Estuvieras Liderando un Comienzo?
Puede ser difícil hacer la transición de una iglesia u organización existente a un nuevo futuro, pero una forma de analizarlo que tal vez sería útil es ¿cómo abordarías las cosas si fuera una empresa nueva?
Los modelos antiguos rara vez funcionan bien en las nuevas eras. Si fueras una iglesia nueva, abriendo un nuevo restaurante, lanzando un nuevo negocio, ¿qué método usarías? Ese tipo de pensamiento puede ser excepcionalmente esclarecedor. Por ejemplo, hablar en conferencias y eventos fue una gran parte de mi vida antes de COVID. Como muchas personas, no he estado en un avión desde marzo 2020. Con COVID aún en aumento, y las cuarentenas obligatorias en el lugar donde vivo para los visitantes que regresan, no sé cuándo regresaré a un avión o hablaré en persona.
Si estuvieras lanzándote como orador en este momento, ¿cómo te comportarías?
Si estuvieras iniciando una iglesia en este momento, ¿cuál sería tu estrategia?
O digamos que estás abriendo un nuevo restaurante, ¿cuántos se concentrarían en comer en el interior versus comida para llevar, entrega a domicilio y espacio en el patio? ¿O ayudar a las personas a crear sus propias experiencias gastronómicas? Una vez que sepas la respuesta a esa pregunta, ve allí.
En lo personal, hemos sacado de nuestros planes futuros de manera indefinida, el hablar en persona; lanzamos un segundo podcast (que, por supuesto, no requiere viajes) y realizamos cualquier evento de conferencias que acepto, digitalmente. En este momento, no importa cuándo volverá a ser factible hablar en persona en los eventos. No lo necesitamos.
Las organizaciones existentes que se comportan como nuevas empresas tendrán un futuro mucho mejor que las organizaciones que no lo hacen. Puedes apostar que en el futuro las cosas cambiarán, o puedes cambiar. La segunda es una estrategia mucho más sabia.
4. ¿Dónde Estamos Viendo Verdadero Ímpetu?
Esta es otra pregunta divertida. Puede parecer que no tienes impulso en ninguna parte, pero eso no es cierto para la mayoría de las organizaciones. (Si es cierto para ti, que tienes cero ímpetu en todo aspecto, entonces los problemas son mucho más profundos que una crisis global).
Es probable que tengas impulso en alguna parte, y es muy posible que esté sucediendo en un lugar diferente al que sucedió antes. Presta atención. Ejemplo: es probable que estés muy concentrado en hacer que la gente vuelva al edificio porque ahí es donde históricamente tuviste ímpetu. Puedes terminar tan obsesionado con tratar de generar impulso donde solías tenerlo, que no te des cuenta que tu canal de YouTube está creciendo rápidamente y tienes una tasa de apertura mucho mayor en tus correos electrónicos que en el pasado.
Y cuando alguien señala que está aumentando sus tasas de apertura y de suscriptores, lo descartas porque no es donde deseas ver el impulso. Continúa con eso durante mucho tiempo y te convertirás en el ejecutivo de la industria de la música del 2003, centrado en las ventas de CD, que sigue ignorando al joven de 20 años que se centra en la transmisión electrónica que siguen creciendo, mientras sus ventas de CD siguen cayendo.
"Las transmisiones no son reales", te dices a ti mismo y te burlas de las personas que no quieren "poseer" su música o tener una copia física de ella. Pronto estarás mirando por la ventana, viendo cómo el futuro pasa delante de ti.
Probablemente tengas impulso en alguna parte. Estúdialo. Trata de averiguarlo. Pregúntate por qué está creciendo y cómo puedes aprovecharlo para llegar a más personas. Si quieres poner en marcha tu misión, alimenta lo que está creciendo, no lo que está disminuyendo.
5. ¿Cómo Voy a Encontrar un Ritmo Sostenible?
Esta pregunta está muy cerca de mi corazón. Me estoy encontrando con tantos líderes agotados en este momento. He estado ahí. Una de las mejores preguntas (quizás la mejor pregunta) que puedes hacerte es cómo puedes encontrar un ritmo sostenible.
Como compartí en esta publicación, la mayoría de los líderes buscan un tiempo libre para que los cure. El problema con esa estrategia es que nunca puedes tener suficiente tiempo libre para recuperarte de días ridículamente estresantes e inalcanzables. El tiempo libre no te curará mientras el problema sea cómo pasas el tiempo cuando trabajas.
Copiado de careynieuwhof.com