Sean Los Mejores Vecinos
En 2017, mi esposo y yo nos mudamos a tierra santa. No a Israel. A Loma Linda, California. Por primera vez en la vida, teníamos literalmente docenas de iglesias adventistas entre las cuales elegir. Ambos teníamos más de 60 años y ahora teníamos el “nido vacío”; pero todavía queríamos ser una parte vital de un cuerpo de creyentes vivo que apreciara y usara nuestros dones.
En nuestro segundo sábado en Azure Hills, la pastora Tara VinCross sugirió que “Connect” sería una buena división de Escuela Sabática para nosotros, especialmente una clase llamada “Gray Matters” [El gris importa]. El gran salón estaba lleno de grupos de clases: en su gran mayoría eran jóvenes profesionales, pero también había algunos adultos de 40 o 50 años... ¡y nosotros! Esa semana no hice mucho más que escuchar, pero pronto me di cuenta que era bienvenida, mientras me presentaban a diversas personas en el salón. Las profundas perspectivas espirituales y el conocimiento bíblico me llenaron de gozo. El ambiente era abierto, honesto y no crítico; un lugar donde mi esposo y yo podíamos dar y recibir. Se ha convertido en nuestro hogar. ¡Buenos vecinos!
También encontré amistades en el estudio bíblico de damas las mañanas de días hábiles. Allí estaba entre las más jovencitas. Cuando estoy allí también estoy entre quienes amar a Dios; pero ellas tienen toda una vida de experiencia en la iglesia. ¡Buenas vecinas!
Creo firmemente que debería preocuparme por mis hermanos y hermanas en la iglesia. ¡Amo a mis vecinos intergeneracionales! Me encanta llevarles una olla de sopa si están enfermos en sus casas, o traer una caja de donas para celebrar un cumpleaños, o juntarnos para almorzar. Pero ellos no son mis únicos vecinos. Mis vecinos también con quienes forman parte de la comunidad, y del mundo.
También estoy agradecida de que Azure Hills facilita el interesarme por todos mis vecinos, de tantas formas distintas. Nuestras puertas están abiertas a más de 15 organizaciones comunitarias cada semana. Verdaderamente somos una comunidad que refleja la misericordia hacia las personas que están fuera de nuestras paredes. Algunas de las damas hacen cientos de mantas para recién nacidos, y las regalas no solo de manera local, sino que hasta las envían a lugares lejanos como la India y Kenia. Tenemos un proyecto de “Bolsa de bendición” para indigentes. Juntamos abrigos de invierno nuevos, y hacemos canastas de alimentos para el Día de Acción de Gracias y las repartimos entre los niños de las escuelas de nuestro distrito. Un grupo musical de diversas edades va al hogar de ancianos de nuestro vecindario cada mes. Azure Hills bendice y apoya a quienes tienen un corazón misionero, para ir a todos el mundo; por ejemplo, a Indonesia, Papúa Nueva Guinea, México y la India. Hace poco un grupo de Azure Hills se unió a nuestra iglesia hermana en Tijuana, México, para ofrecer servicios como exámenes de salud por parte de enfermeros y médicos, limpieza dental, y donaciones de calzado y vestimenta.
Cuando yo tenía 7 años, le dije al amigo de mi hermano (¡un varón!), que vivía a pocas cuadras: “No tengo que amarte porque no eres mi vecino”. Él me respondió sabiamente: “En la iglesia nos enseñan que todos son nuestros vecinos”. Nunca olvidé eso.
Nunca he querido ser una espectadora en la iglesia. Quiero decirles a las personas cuánto las ama Jesús, cómo murió por ellas, y cuánto quiere perdonarlas. Pero a veces, antes de poder escuchar las Buenas Nuevas, pueden necesitar alimento, vestimenta, o simplemente atención. Me encanta unirme a miembros de iglesia de todas las generaciones para ser los mejores vecinos que podamos ser; aquí en casa, y en todo el mundo. Esto es lo que nos une.
¿Y si cada congregación adventista fuera conocida como un grupo vibrante donde los jóvenes prosperan y todas las generaciones se benefician? Growing Young Adventists está en un viaje de aprendizaje donde aspiramos a hacer del “¿y sí?” una realidad. Descubre más en GrowingYoungAdventists.com
Sue Smith, B.S., Anciana, Azure Hills Church
Este artículo es un extracto del libro Multiplica, recientemente disponible. El libro Multiplica es un regalo de la Asociación Ministerial de la División Norteamericana para todos los pastores y pastores laicos voluntarios. Para obtener el libro sin costo, comuníquese con el director ministerial o el secretario de su conferencia.