Predica Simple

 “¡Ese evangelista era profundo!” dijo un hermano. “¿Y de que predico?” le contestaron. “Yo no sé, no le entendí nada, ¡pero fue profundo!”.

El pastor Bullón cuenta una experiencia personal de una crítica que le hicieron después de uno de sus sermones. Un hombre se le acercó y le dijo: “Pastor Bullón, no me gusto para nada su sermón, porque lo entendí todo”.

En nuestro deseo de comunicar la palabra de Dios al evangelizar a veces hacemos de lo sencillo complicado. Alguien dijo que la diferencia entre un actor y un predicador es que el actor hace ver la fantasía como realidad y los predicadores hacen ver la verdad como fantasía. La mejor manera de robarle el poder a la palabra de Dios es presentarla de una manera que las personas no la entiendan.  Cuando el predicador presenta le mensaje de una manera aburrida e irrelevante la gente no solo piensa que el predicador es aburrido e irrelevante, sino que Dios lo es. 

Elena White nos recuerda: 

“Muchos de aquellos por quienes trabajan nuestros predicadores ignoran las verdades de la Biblia, y las exigencias de Dios, y las más sencillas lecciones referentes a la piedad práctica son para ellos una nueva revelación. Necesitan saber lo que es la verdad, y al trabajar por ellos, el predicador no debe seguir líneas de pensamiento que agraden sencillamente a la fantasía o satisfagan la curiosidad. Rompa más bien el pan de vida ante estas hambrientas almas. Nunca debiera predicar un sermón que no ayude a sus oyentes a ver más claramente lo que deben hacer para salvarse”. {OE 160.1} 

Dos conceptos importantes:

1.         Mi propósito al predicar evangelisticamente es impactar no impresionar.

Yo quiero que, al finalizar el sermón, se vayan comentando acerca del poder de Dios y no de la destreza del predicador. “No son discursos floridos lo que se necesita, ni un desbordamiento de palabras sin sentido. Nuestros predicadores han de predicar de una manera que ayude a la gente a comprender la verdad vital. Hermanos míos, no os elevéis hasta donde la gente común no os pueda seguir, y aunque pudiese, no recibiría ningún beneficio de ello. Enseñad las sencillas lecciones dadas por Cristo. Relatad la historia de su vida de abnegación y sacrificio, de su humillación y muerte, de su resurrección y ascensión, de su intercesión por los pecadores en los atrios celestiales. En toda congregación hay almas en quienes el Espíritu del Señor está obrando. Ayudadles a comprender lo que es la verdad; repartidles el pan de vida; llamad su atención a las cuestiones vitales”. {OE 161.1}

Esta realidad fue echa dolorosamente evidente para mí cuando tenía algunos años en el ministerio. Yo predicaba y predicaba, pero veía las mismas luchas, los mismos dramas y caídas en la gente. Personas que sabían la escatología, pero no conocían a sus propios hijos. Personas que estaban bien informadas de lo que el Papa Francisco estaba haciendo en el vaticano, pero no conocían a Freddy el vecino que estaba lejos de Jesús. Fue entonces que Dios me ayudo a predicar mensajes que las personas entendieran, y en vez de usar lenguaje florido comencé a enfatizar a Cristo y a darles consejos prácticos de cómo implementar el cristianismo real en sus vidas. 

2.         Nos hemos olvidado de los niños y eso es peligroso. 

En alguno momento de la historia del cristianismo, hicimos el culto para adultos, especialmente en las campanas cuando no tenemos algo para ellos. Esto es peligroso por tres razones:

a.         Es peligroso decirle a un niño que el culto no es para ti desde que nace, y esperar que cuando sea adulto mágicamente entienda que ahora si es para él. 50-70% de nuestros hijos abandonan la iglesia. ¿Por qué crees que eso sucede?

b.         Jesús mostro especial interés en los niños. ¿No es peligroso usar un modelo diferente a Jesús donde los niños son para ser vistos, pero no oídos ni tomados en cuenta?

c.         Los adultos que están asistiendo ya decidieron en su mayoría que serán adventistas. Los niños todavía no. ¿No es peligroso descuidar el grupo que todavía no decide si se queda o no? Imagínate que eres un niño. Los mensajes no conectan con tu mundo, tus realidades y no son relevantes para ti. ¿Qué ganas tendrías de ir a una iglesia que no habla a tus necesidades?

A los niños les gusta especialmente las historias. Una manera sencilla de conectar con ellos es usar historias en el mensaje y usar ilustraciones con las que ellos se puedan relacionar durante la campaña. Si la mayoría de tus ilustraciones tienen que ver con matrimonio, vicios, y usas palabras que solo los adultos entienden, estás diciendo en voz alta que ciertas personas en la iglesia importan más que otras. Eso es problemático. 

Mientras mas sencillo el sermón evangelístico, mejor. Te dejo con una ilustración. Una de las personas que mejor expresaban en palabras sencillas elementos complicados es Steve Jobs, de Apple. Él dijo que la “simplicidad es la máxima expresión de sofisticación.” Cuando Jobs presento el IPOD por primera vez, podría haberlo presentado así:

“Hoy estamos introduciendo un tocador de música portable, nuevo, que pesa solo 6.5 onzas, es tan pequeño como una lata de sardinas y tiene una voluminosa capacidad de almacenar música, la batería es de alta duración, y transfiere la música a una velocidad vertiginosa”

Lo hizo así:

“iPod. Mil canciones en tu bolsillo”. 

 

¡Predica simple!

 

Por Pastor Roger Hernandez, Southern Union Ministerial & Evangelism Director.

Previous
Previous

Cómo alcanzar a las familias de los refugiados

Next
Next

Heraldos de esperanza