Los pastores laicos voluntarios son esenciales para nuestra misión
En las vísperas del Concilio de Fin de Año de la División Norteamericana en 2015 me sentía un tanto dubitativo y nervioso. El pastor Dan Jackson, presidente de la división, me había pedido que preparáramos una osada visión misionera para Norteamérica. Nuestro equipo, en consulta con algunos de los líderes de las uniones y asociaciones además de varios pastores, tenía un plan. Durante los días anteriores al evento, habíamos pasado varias horas haciendo presentaciones a los presidentes de las uniones, y también a los administradores, sin ningún rechazo importante, pero el día siguiente era el día. Dan había pedido presentar la visión misional y lanzar las iniciativas durante el Informe Presidencial y tomar un voto. Esto no buscaba de manera alguna interferir con las grandes cosas que estaban sucediéndose en las iglesias, las asociaciones y las uniones de Norteamérica. Era un esfuerzo para una mayor colaboración que abarcara a tantos participantes como fuera posible.
Mi padre estaba en casa para las reuniones. Como presidente de asociación, tendría que participar y votar las iniciativas misioneras. Por ello, en un intento de sentir seguridad antes de mi presentación al día siguiente, le mencioné una de las grandes partes de nuestro plan: la Iniciativa Plantar1000, que buscaba establecer mil nuevas iglesias entre 2016 y 2021. Después de hablar con él de esto, le pregunté: “Papá, ¿te parece que tú podrías apoyar una iniciativa como esa?” La respuesta del presidente de asociación que creí sería la que me brindaría mayor apoyo fue rápida y me dejó atónito: “¡No estoy seguro! En Nueva Jersey tenemos muchos territorios donde necesitamos iglesias nuevas y hemos establecido muchas ‘Misiones Caleb’” (así es como llaman a los nuevos establecimientos de iglesias allí), pero va a ser difícil establecer más. Con los pastores que tenemos nuestro presupuesto está al máximo, y no podemos emplear más pastores para establecer más iglesias. Lo siento”.
Seguimos dialogando, y recuerdo pensar en un grupo muy especial de personas, con quienes había pasado todo un fin de semana de retiro en el Campamento Kulaqua, en Florida, unos meses antes. No sé cuánto los inspiré y les enseñé durante el evento, pero, por cierto, ellos me habían inspirado y enseñado a mi. Eran los pastores voluntarios laicos de la Asociación de Florida. Razoné entonces con mi padre: “¿Qué pasaría si incorporaras algunos de los maravillosos y fieles líderes laicos de la asociación, los equiparas adecuadamente y los facultaras para que establecieran iglesias?”
Allí mismo llamamos a nuestros amigos, Mike Cauley, por entonces presidente de la Asociación de Florida, y Walter Castro, director de pastores voluntarios laicos, y les hicimos algunas preguntas. Durante ese diálogo, nos enteramos de que había unos 89 pastores laicos en la Asociación de Florida, que pastoreaban 89 iglesias y grupos, con un total de unos 12 mil miembros bajo su liderazgo, ayudando así a los pastores de tiempo completo y abriendo más caminos para establecer iglesias y practicar el ministerio. Después de finalizar esa conversación, mi padre dijo: “Estoy dispuesto a probar eso. Si es tan bueno como dicen, puede ser una bendición para nuestra iglesia y una tremenda ayuda para nuestros pastores que tanto hacen”. Acortando la historia, él apoyó la iniciativa Plantar1000, como también lo hicieron los demás. Pero fue más allá de eso. Mi padre regresó a Nueva Jersey, y entre enero de 2016 y septiembre de 2017 (cuando se jubiló), se establecieron 29 grupos nuevos bajo el liderazgo de pastores voluntarios laicos que trabajaron en colaboración directa con los pastores locales, transformando esa asociación en una de las asociaciones lideres en plantación de iglesias de Norteamérica.
Historia de los Pastores Voluntarios Laicos en Norteamérica
Por supuesto, el concepto de Pastores Voluntarios Laicos no es nuevo, y ha sido practicado en Norteamérica durante más de treinta años. Hay un documento, “El ministerio del pastor laico”, que fue publicado en 1988 por la División Norteamericana. Hoy día, el Ministerio de Pastores Voluntarios Laicos opera en varias asociaciones de Norteamérica, y con mucho éxito cuando se lo hace de manera deliberada y está bien organizada. Ha habido instancias en que ha tenido un efecto negativo cuando se lleva a cabo de manera inapropiada.
Objetivos misionales del Ministerio de Pastores Laicos
En mis encuentros con presidentes de asociación y administradores de toda la división, la preocupación sigue siendo la misma: “Tenemos muchos territorios sin presencia adventista, y estamos de acuerdo en que establecer iglesias es fundamental para llevar el evangelio a cada rincón del territorio, pero no tenemos suficientes pastores para establecer las iglesias que necesitan ser establecidas”. Es así como comenzó a surgir el interés general y la necesidad de Pastores Voluntarios Laicos en la División Norteamericana. Fue una necesidad misional. Tanto el diálogo como la necesidad se originaron localmente, cuando líderes de las asociaciones pensaron en el crecimiento del reino.
Los objetivos del Ministerio de los Pastores Voluntarios Laicos son los siguientes:
1. Poner más manos a la obra: El Ministerio de Pastores Voluntarios Laicos en Norteamérica no tiene por objetivo remplazar a los pastores de tiempo completo, o ser un atajo para el ministerio de tiempo completo, sino más bien ser un ministerio designado para colaborar con los pastores, a medida que se abren más caminos misionales para alcanzar a los millones de personas no alcanzadas de nuestra división.
2. Facilitar el movimiento de establecimiento de iglesias. Como se mencionó anteriormente, es imposible establecer la cantidad de iglesias que necesitamos, para alcanzar realmente nuestro territorio, tan solo con los pastores. Aunque los pastores son claves, la obra es mucha y los obreros son pocos. Nuestro equipo pastoral de Norteamérica necesita ayuda para completar el trabajo. Además, las asociaciones no tienen los fondos disponibles para emplear a más pastores para que establezcan iglesias. De allí la necesidad de que sea de suprema importancia incorporar líderes laicos, que sean dedicados, fieles, habilidosos, apasionados por la misión de la iglesia, y dispuestos a ser capacitados.
3. Brindar flexibilidad financiera: Conozco a un pastor de Norteamérica que tiene tres iglesias, y cada iglesia está ubicadas en tres estados diferentes. Conozco a muchos otros pastores de nuestra División que están al frente de distritos con 3 a 4 iglesias muy pequeñas, que también están muy lejos una de otra. En esos tipos de situaciones, que son comunes en Norteamérica, en especial en las zonas más rurales, el pastor pasa la mayoría de su tiempo viajando y las iglesias no pueden experimentar el liderazgo o ministerio del pastor de manera frecuente y continuada, lo que frustra a la congregación y también al pastor. Equipar y designar a pastores voluntarios laicos, que vivan en la comunidad y pueden estar presentes y liderar cada una de esas iglesias, permitiría que las congregaciones reciban una mejor cobertura y, al mismo tiempo, les daría a las asociaciones flexibilidad para colocar al pastor donde se puedan utilizar con mayor eficacia su presencia, liderazgo y dones, quizá para el establecimiento de iglesias.
En nuestras consultas con las asociaciones que han hecho esto de manera intencional, hemos escuchado que ambos pastores e iglesias se sienten positivos respecto del Ministerio de los Pastores Laicos Voluntarios.
Pautas ‘Guidelines” de la División Norteamericana para los Pastores Voluntarios Laicos
Después de haber considerado los puntos anteriores, y después de recibir consultas múltiples del campo sobre cuán efectivo, apropiado, y legal es tener un Ministerio de Pastores Voluntarios Laicos, nuestro equipo ministerial trabajó en colaboración con la secretaría, un grupo de presidentes de asociación y pastores que han estado involucrados con los pastores voluntarios laicos, y recomendó que el Ministerio de los Pastores Voluntarios Laicos sea oficial en la División Norteamericana. Después de dos años de duro trabajo y de revisar el modelo con diversos equipos, comisiones y asesores legales, la Junta Directiva de la División Norteamericana votó oficialmente las “Pautas / Guidelines para Pastores Voluntarios Laicos en la División Norteamericana” durante la Asamblea de Fin de Año de 2017.
Estas pautas pueden ser utilizadas por las asociaciones que tengan un Ministerio de Pastores Voluntarios Laicos o que quisieran comenzarlo. Hay aquí algunas palabras de advertencia, y hablaré mas de esto en próximas publicaciones. Pero algo muy importante para los líderes de las asociaciones. Si usted quiere lanzar un Ministerio de Pastores Voluntarios Laicos en su territorio, por favor, no corte esquinas. Actúe de manera deliberada, bien organizada, y siga las pautas, que han sido implementadas para bendecir a la iglesia, bendecir al pastor voluntario laico y proteger a ambos. Si usted no lo hace así, esto podría afectar a la iglesia, al pastor voluntario laico, y a la misión de la Iglesia Adventista en Norteamérica. Por favor, si no va a hacerlo bien, es mejor que espere hasta que esté listo para hacerlo bien.
(continuará)
El pastor José Cortés Jr. es director asociado de la Asociación Ministerial y dirige Evangelismo, Plantación de Iglesias y Misión Global para la División Norteamericana de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.